EDUCACIÓN HISTÓRICA EN PREESCOLAR
En preescolar, cuando se piensa en la enseñanza de la
historia, también se evoca como el ejercicio memorístico de datos y personajes
históricos, la historia patria inculcada, a la que nos acostumbraron desde los
primeros años, a mi parecer, no es tan significativa en los niños en cuanto a los aprendizajes, ya
que se debe ver a la historia como un proceso en el que somos participantes y
que por lo tanto merece un análisis más reflexivo.
Aunado a lo anterior, se agrega que el mínimo
recomendado de enseñanza del conocimiento histórico que se incorpora en el
campo de formación académica de exploración y comprensión del mundo natural y
social, no es suficiente, sobre todo porque los docentes consideran que se cubre
con los actos cívicos que se calendarizan a lo largo del ciclo escolar, siendo
que en preescolar gran parte del acercamiento histórico debería iniciarse con
“las transformaciones a lo largo del tiempo en los propios niños, sus familias
y en la misma comunidad” [Cooper,
2002].
Por otros lado, las educadoras y educadores de
preescolar diversifican sus métodos de enseñanza, ampliando la variedad de
técnicas y estrategias didácticas, es decir, pareciera que el inconveniente
para los docentes en éste nivel de la educación básica no es el “¿cómo enseñar?” sino el “¿qué enseñar?”,
es por eso que los docentes de preescolar tienen que pensar de otra manera
cuando de historia se trata.
Si se considera a la historia como elemento formativo
que pretende educar niños que se reconozcan en un medio natural y social y que
sepan hablar de los problemas que advierten, sin desestimar lo que a su corta
edad pudiera cambiar, ya que el niño también tiene su propia historicidad,
entonces nos podríamos remitir a la
enseñanza- aprendizaje de la educación histórica.
Analizando lo anterior, sería prudente en el ejercicio
educativo preguntarse, ¿Qué es educación histórica desde la perspectiva de éste
nivel? ¿Es posible generar conocimiento histórico en preescolar? ¿Se puede
desarrollar en los niños preescolares el pensamiento histórico?, ¿Cómo se
fomenta la creatividad para generar el pensar histórico?, ¿Cómo se puede
generar en los niños pequeños el pensamiento crítico, la observación, el
análisis, la reflexión, entre otros aspectos?, ¿Qué contenidos se deben enseñar
en educación preescolar?, ¿Cómo se puede lograr la empatía en preescolar como
habilidad para una vida democrática y social a futuro?, ¿Cuál es la pertinencia
de la enseñanza del conocimiento histórico en niños de esa edad? ¿Cómo? y ¿Para
qué?, ¿La educación histórica se puede dar de manera integrada con otros
conocimientos?.
Considerando las anteriores preguntas es pertinente
decir que la enseñanza y aprendizaje de
una educación histórica se debe considerar como parte fundamental del
desarrollo integral del niño, para ello será necesario retomar las ciencias
sociales y humanísticas con el objeto de ver de manera integrada la relación
del niño con su entorno, con su familia y su barrio.
Antecedentes
La historia desde preescolar es fundamental pero
considero pertinente sustituir la historia patria nacionalista inculcada como
elemento formativo del ciudadano mexicano y en su lugar, generar educación
histórica desde estos primeros años, por medio de las representaciones sociales
que lo niños reconocen e interactúan en el entorno inmediato y que son
esenciales para el aprendizaje de conceptos de formación ciudadana como
equidad, diversidad, multiculturalidad, pluralidad, etc. abriendo la
posibilidad de cuestionarse y reflexionar sobre lo que observa y sobre las
posibilidades de cambiar algo, así como pensarse en relación con los otros,
como los compañeros la familia, el barrio.
La función de la educación histórica está encaminada a la
comprensión de la realidad social, pero comparando situaciones pasadas y
posibilitando el reconocimiento de cambios y continuidades de situaciones
actuales que pueden presenciar, es decir, no trasladarla hasta un lugar ajeno y
lejano, sino lo que ellos perciben de su contexto más próximo porque es lo que
están viviendo, es importante recalcar que todo lo anterior no sería posible
sin la evolución de los procesos cognitivos en el niño, es decir, constructos
que forman parte de las
categorías del pensamiento histórico.
Y es que, es en la escuela en donde, gracias a las
interrelaciones entre el colectivo educativo, se aprende a socializar, ya que
los centros de enseñanza son un microcontexto
donde se aprenden las habilidades para futuras interacciones y participaciones
sociales.
Sustento
teórico
El conocimiento histórico, especialmente en
preescolar, se debe ver como un agente socializador, como iniciador del
conocimiento social que generamos los humanos. En ese sentido, las educadoras
deben tener presente que el niño construye su propio conocimiento; no es
coincidencia que la historia está estrechamente vinculada con la filosofía,
como habilitadora para generar pensamiento, pero mientras se siga viendo a ésta
disciplina como un conocimiento hecho por otros, cerrado, sin ser capaz de
promoverlo como aprendizaje formativo en los niños, no avanzaremos en una
educación más justa e identificada realmente con la ciudadanía.
En preescolar, la enseñanza-aprendizaje del
conocimiento histórico debe incentivar la construcción de conocimiento social, fortalecer
actitudes, valores y compromisos personales en relación a su entorno, favorecer
también el aprendizaje significativo, que implica la observación y el análisis
crítico y reflexivo en las relaciones de los seres humanos y su ambiente, y lo
más importante, promover relaciones humanas de reconocimiento mutuo y justo,
favoreciendo asimismo el desarrollo intelectual.
Para fundamentar la propuesta, se retoma la teoría
socio-cultural [Vigotsky,
1978]
que dice que es por medio de las actividades sociales que el niño aprende a
incorporar a su pensamiento herramientas culturales como el lenguaje, los
sistemas de conteo, la escritura, el arte y otras invenciones sociales.
Para él, el desarrollo cognoscitivo del niño se lleva
a cabo a medida que internaliza los resultados de sus interacciones sociales y
del entorno. Este principio refleja una concepción cultural-histórica del
desarrollo. Ya que los procesos mentales del individuo como recordar, resolver
problemas o planear tienen un origen social, [Wertsch & Tulviste, 1992].
Ampliando en ese sentido, Pagès [2000] considera que los alumnos
aprenderán un contenido social, pero contextualizado como su punto de partida,
ya que el saber social es relativo; para lo anterior es necesario el desarrollo
del pensamiento histórico y éste se genera a lo largo de procesos de
aprendizajes conceptuales, en palabras de Rüsen [2007] la conciencia histórica
relaciona pasado, presente y futuro, desde una serie de procedimientos mentales
básicos, como la percepción de otro tiempo diferente, la interpretación de los
cambios y continuidades, la orientación y la motivación para la acción en la
práctica.
Arteaga y Camargo [2014] mencionan que uno de los
propósitos de la Educación Histórica es el análisis de las prácticas vigentes
en la enseñanza de la historia para mejorar los procesos y por consecuencia los
resultados de aprendizaje, procurando vincular lo que se enseña de la historia
con la vida cotidiana, donde los estudiantes sean críticos y reflexionen.
Parte de ésta educación histórica son las
representaciones sociales que el niño construye, y que repercuten en el
quehacer histórico y temporal del individuo. Para Jodelet [1986, p.472], las “representaciones
sociales se presentan como imágenes que condensan un conjunto de significados;
como sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo que sucede, dar
sentido a lo inesperado; como categorías que sirven para clasificar las
circunstancias, los fenómenos y a los individuos y teorías que permiten
establecer hechos sobre ellos”
Es importante el concepto de representaciones sociales
en preescolar porque en palabras de Hernández y Pagès [2014] “las representaciones sociales
funcionan como una forma de interpretar y de pensar la realidad cotidiana. Ésta
a su vez, es una forma de conocimiento social y al ser social se convierte en
un conocimiento práctico que genera un pensamiento social [...] también se expresa y
estructura con comportamientos y actitudes en situaciones concretas”. La
narración es la forma más común de representación de la historia, su valor en
la educación es evidente, por lo que la formación de la conciencia histórica y
su orientación temporal hacia el porvenir, puede a ella pero incorporando la
reflexión colectiva sobre lo que se narra.
Al mismo tiempo, retomando a Freire [1987], es común que a los niños por
lo general, como a otros sectores sociales, no los consideramos como sujetos
históricos activos, de ahí la importancia de darles voz, aprender a reconocer
lo que ellos quieren y necesitan, y que generen sus propias narrativas, Pagès y
Benejam [1998] insisten en la conveniencia de
fomentar el discurso oral [...] a fin de facilitar la construcción de su propio
lenguaje en contextos en los que se deba defender un punto de vista, por eso la
propuesta está encaminada a que el niño preescolar sea capaz de realizar ésta
habilidad de orden superior si en el ambiente escolar se problematizan
situaciones cercanas a él, generando pensamiento crítico. En palabras de Giroux
[1990, citado
en MIRAVALLES, 1992]
el pensamiento crítico es la capacidad de problematizar lo evidente, de
examinar críticamente la vida. En palabras de Rüsen [2007, citado por Santisteban
2010 p. 46]
la memoria está relacionada con la imaginación y la conciencia histórica con la
cognición [...] pero ésta imaginación ha de estar al servicio del pensamiento
creativo, es decir un tipo de pensamiento divergente que incluye el pensamiento
crítico.
Es por lo anterior que el pensamiento crítico está
íntimamente relacionado con el pensar histórico. Para Carretero y Castorina [2010] antes que el sujeto sea parte
de una memoria colectiva, previamente el niño tiene biografía personal y
mediante su discurso va generando su memoria individual y que Halbwachs [1950] lo asocia con la vida en
común, es decir primero como individuo y luego como agente social.
Es por eso que la historia personal es un recurso
importante en la construcción del pensamiento y del tiempo histórico, ya que
ayuda en el desarrollo fundamental de las capacidades narrativas [Bruner, 1990; citado por Pagès
y Santisteban, 2010 p. 302]
en el análisis de las fuentes, de las capacidades metacognitivas [Girarder, 1996 y 2001; citado
por Pagès y Santisteban, 2010 p. 302].
En ese sentido, Pagès y Santisteban [2010] consideran que debe apreciarse
más la importancia del lenguaje en la
construcción de una narración temporal, ya que las primeras frases en la
infancia están relacionadas con la comprensión de un cierto orden temporal en
la narración oral, por eso mencionan sobre la importancia de trabajar con
materiales narrativos bien configurados para que los niños puedan reconocer
mejor una estructura temporal [Stein
y Grell, 1982 citado en Pagès y Santisteban 2010, p. 285] que se adquiere a partir de la
compresión progresiva de su estructura conceptual [Friedman, 1982; citado en Pagès
y Santisteban, 2010].
Para que el niño
sea capaz de comprender el mundo que le rodea, hace uso de distintas
estrategias de interacción con su entorno, una de ellas es el pensamiento narrativo,
es de esta manera como las personas cuentan e interpretan sus comportamientos y
los de los demás, a través de una narrativa [Carretero, 2013].
Por otro lado,
para el proceso de enseñanza aprendizaje del conocimiento histórico se requiere
generar pensamiento histórico para, en palabras de Agüera [2014], desarrollar conciencia de la
construcción discursiva de la historia y que para generar pensamiento histórico
en los niños, definido por él mismo, es necesario desarrollar capacidades y
actitudes para poder interpretar el mundo que les rodea y generar sus propias
valoraciones, y es en el proceso de construcción de este pensar histórico donde
emergen diversas competencias cognitivas, como los modelos conceptuales.
Así, el
pensamiento histórico se puede considerar como una forma de pensamiento de
orden superior, lo cual no impide que se pueda trabajar en las diferentes
etapas educativas, desde diferentes niveles de complejidad [Santisteban, 2010] por eso no se debe escatimar el
esfuerzo docente por desarrollar en el nivel preescolar actividades encaminadas
a la construcción del pensar histórico y la educación histórica en los niños
pequeños.
Conclusiones
Es necesario reflexionar cual es la función de la
enseñanza de la historia o el conocimiento histórico aún en estos primeros
niveles educativos, dejando atrás el estereotipo que la enseñanza de la
historia sólo son transmisión de datos sobre héroes patrióticos y el fomento
encaminado al espíritu nacionalista, es decir sólo la memorización de los
conceptos de primer orden, por el contrario, desde los primeros años se puede
trabajar la educación histórica desarrollando el pensamiento histórico mediante
el trabajo inicial de abstracción de categorías conceptuales, también llamadas
de segundo orden.
El niño cuenta con su propia historicidad, desde el
mismo debe partir la narrativa, con lo que desde sus propias representaciones
vive, siente, piensa y que van a repercutir en su actuar, individual y
socialmente.
Por otro lado, en las prácticas de la educación histórica
es necesario y pertinente promover el pensamiento crítico en los niños de
preescolar, para lo anterior se tiene que colocar al alumnado en situaciones
retadoras por medio de cuestionamientos encaminados a la reflexión.
También mencionar que, en el ejercicio docente, los
profesores deberán tener presente qué van a aprender los alumnos, pero más
importante para qué lo van a aprender, cuál va a ser la utilidad en la vida de
estos niños, cuál es el valor de lo que van a aprender.
Para finalizar, es necesario mencionar que para el
ejercicio y promoción de la educación histórica es necesario la
interdisciplina, el trabajo colegiado, transversal y colaborativo de otros, ya
que éste proceso de enseñanza-aprendizaje requiere hacer uso de otras
disciplinas como la psicología, sociología, antropología, filosofía, etc.
Referencias
Daniela Patricia Lica Aguilar es profesora normalista frente a grupo de
Jardín de Niños. Licenciada en Educación Preescolar, maestranda de la Maestría
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Boa tarde, Daniela Lica. Tudo bem?
ResponderExcluirAchei bem legal o seu texto sobre o nível pré escolar. O que te levou a pensar sobre o ensino de História no nível pré escolar? Qual ou quais experiências já foi possível realizar o ensino de História na pré escola.
Grata. Erine Estevam de Santana.